Si alguna vez has estado en Casa Pardina y no conoces la historia que hay detrás, sigue leyendo que te gustará, y si nunca has estado, apúntalo en la lista de deseos para cuando acabe el confinamiento, es sin duda un lugar que te encantará.

En el 2007 Ana y Mari, deciden traspasar el Mesón del Vero, Ana cuenta que fue una decisión muy difícil porque al Mesón se lo debían todo. Tenían tres niños pequeños, un horario que no terminaba nunca (ya que la actividad estaba en pleno funcionamiento), pero sentían que el momento de cambiar de vida. Tres niños, sus padres mayores…aunque fuera difícil, disfrutar de su familia debía ser una prioridad.

Decidieron cambiar de lugar, de la Plaza de Alquézar se trasladaron a la Calle Medio, a la antigua casa de la familia de su padre, la casa donde se habían criado. Parecía una locura que con una actividad a pleno funcionamiento, Ana y Mari se plantearan de nuevo “liarse” en una aventura que les obligaría a endeudarse, a correr riesgos y enfrentarse a una incertidumbre, abandonando la seguridad de su actual actividad.

Cambiaron de lugar: Casa Pardina

Se pusieron en contacto con el mejor arquitecto y el mejor albañil restaurador que encontraron y poco a poco diseñaron el proyecto. Sabían que no iba a ser fácil, porque decidieron utilizar para el restaurante la parte baja de la casa, que era la peor conservada y porque si conocéis Alquézar, no es precisamente fácil trasladar por sus pequeñas callejuelas material de construcción, todo iba muy lento.

Fue una obra durísima, durante 2 años y medio un grupo de 5 personas se encargaron de recuperar una antigua casa de labradores enorme. El restaurante está construido en las antiguas “zolles”, en los antiguos corrales de la casa, donde estaban los cerdos y las ovejas. Recuperaron todos los elementos que pudieron: piedra, aljibes, paredes… Y sobre todo eligieron la parte baja de la casa para poder aprovechar el huerto. Hoy la terraza de Casa Pardina es una de las más bonitas de Alquézar, está rodeada de olivos que el padre de Mari y Ana plantó hace 30 años, cuando dejó de tener el huerto de hortalizas.

Y tras la obra, vino el decorador, tocaba destacar todos los elementos de la casa tradicional que se pudieron rescatar y darle un toque sencillo y elegante, y ¡vaya si lo consiguieron!

El 21 de marzo de 2009 abría sus puertas el Restaurante Casa Pardina, acogedor, elegante, con unas vistas impresionantes y una cocina tradicional muy cuidada, platos exquisitos, con los mejores productos de Somontano. Si quieres ver los menús de Casa Pardina: http://www.casapardina.com/index.php?id=5

Un secreto bien guardado: Su equipo

Desde que abrió sus puertas Casa Pardina ha sido un éxito, y además del restaurante y su cocina una de las cosas que más valoran los visitantes es el equipo humano.

Cinco mujeres acompañan a Mari y a Ana en esta aventura, todas ellas, luchadoras que han elegido Alquézar para criar a sus hijos. Cinco mujeres de cuatro nacionalidades diferentes, que juntas trabajan e intentan conciliar su actividad con su vida familiar, en hostelería, algo tan difícil.

Y así, con mucho trabajo, empeño y amor, es como Ana y Mari; Mari y Ana, cumplieron su sueño, crearon un espacio para disfrutar de la mejor gastronomía de Somontano, en la casa que siempre fue de su familia, un restaurante de calidad que les permite hacer lo que les gusta.

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